[He hecho] Uno de galletas [...], “Me lo ha dicho un pajarito” [...], “Casita de Calabaza” [...], “El dragón y la princesa élfica” [y “Peonía Abierta”].
Los cursos están bien organizados; antes del curso y con suficiente antelación te dan toda la información que necesitas: horario, cómo llegar, etc. Antes de la hora acordada ya te están esperando y te reciben con una cálida bienvenida y muchos deseos de pasarlo bien. El taller está enfrente de la casa, y es un edificio independiente. Tienes espacio más que suficiente y es muy luminoso.
Una vez empieza el curso, con el proyecto delante para que ya puedas admirarlo, te dan un dossier con toda la información relativa al curso y más, ya que te proporcionan un montón de trucos e ideas, y las plantillas utilizadas. Se agradece que la información sea escrita porque siempre la tienes ahí, la puedes releer y seguro que no la pierdes. Además durante el curso, te resuelven cualquier duda que se les plantee, aunque no tenga que ver con el curso.
Y ya manos a la obra tienes a dos profesores pendientes de lo que haces en todo ;-). Así que el resultado es inmejorable. En el primer curso que hice de tartas coincidió que el día siguiente era el cumpleaños de mi sobrina y la llevé. La hermana de mi cuñada no se creía que la había hecho yo. ¡Alucinó de lo bonita que le pareció!
En cada curso he aprendido técnicas diferentes: técnica de puzzle, torneado de bizcocho, cubrir bizcocho, utilización de moldes de silicona, modelado de figuras, cobertura de cakedrum, marmoleado, hacer césped (con prensaajos y con pistola)...
Y entre tantas cosas también hay un momento para saborear un delicioso cupcake de chocolate, unas galletitas o beber lo que quieras para reponer fuerzas y continuar con tu pequeña obra de arte. Para la realización de esta dispones de todas herramientas básicas de forma individual, para que vayas familiarizándote. También te proporcionan todos los ingredientes con lo cual tú sólo te has de preocupar de ser puntual con tu llegada al curso. Cuando llegas allí ya está todo preparado.
De los profesores sólo puedo decir maravillas y todas ellas ciertas. Para mi Lara es mi gurú, mi sensei en esto de la cocina. Así que ella es mi PROFESORA y Julio, aunque dice “que no, que muchas cosas no las sabe” también es mi PROFESOR, ¡tienes unas manitas para modelar! ;-). ¿Y por que estoy convencida y puedo decir esto? Porque, aparte de que saben un montón (puedes ver la calidad de sus trabajos en la página web y en el blog), tienen una paciencia enorme para explicarlo todo, en sus manos nada parece difícil y es que logran que tú lo hagas por ti misma. A eso además has de unir una gran pasión por la decoración que te contagian y una amabilidad de otro mundo.
Y así, se acaba el curso y te vas hacia casa con un poco de penilla porque ya ha acabado, pero con la satisfacción del trabajo bien hecho y con la idea firme de que has conocido a una pareja excepcional. Y de que, cuando se despiden de ti, te dan un par de besos y te desean lo mejor, no es una despedida, sino un hasta luego porque sabes que volverás (I’ll be back ;-)))) ) ya que aquello te ha enganchado, te ha fascinado. (No en balde he hecho cuatro cursos con ellos. Y puedo corroborar que no soy la única que repite y repite… así que por algo será) ¡Sólo os puedo decir, hasta la próxima!
Pasados unos meses cuando menos te lo esperas recibes noticias de Tartacadabra: te llegan unas estupendas fotos que Julio hizo y que te recuerdan aquellas horas en las que disfrutasteis tanto.